miércoles, 31 de octubre de 2012

El juego simbólico

La función simbólica aparece en el transcurso del segundo año de vida.
Consiste en la capacidad de representar mentalmente un objeto cuando aún no disponen de la suficiente capacidad para expersarse por sí solos.

Podemos distinguir cuatro tipos de conductas simbólicas, su aparición es casi simultánea. Estas conductas, presentadas en orden de complejidad creciente, son:

  1. La imitación diferida, constituye una de las primeras formas de representación y consiste en la imitación de un modelo cuando éste ya no se encuentra presente.
  2.  El juego simbólico, es el juego de ficción, una conducta de simulación.
  3.  El dibujo o representación gráfica.
  4.  El lenguaje, que permite la evocación verbal de eventos, objetos, personas, ..., que se encuentran ausentes.
Observar el juego simbólico de un niño puede ser de gran utilidad, puede decirnos en qué nivel de simbolización se encuentra, también es una actividad clave para evaluar aspectos del desarrollo social, comunicativo, lingüístico y cognitivo. No debemos olvidar que todo lo que observamos nos sirve para la intervención y la educación del lenguaje.

Piaget y Inhelder (1966) dicen que el juego simbólico implica sin duda el punto supremo del desarrollo del juego infantil. El juego simbólico cumple una función esencial en la vida del niño.

El juego va evolucionando haciéndose más complejo. Podemos distinguir diferentes dimensiones en el juego simbólico, y es cada una de ellas la que va evolucionando dando la progresiva complejidad al juego. Estas dimensiones son:

  •  Descentramiento: al principio el niño sólo se centra en sí mismo y en sus propias acciones, luego empieza a producir conductas que ha observado a los demás y hace también que sean los objetos (juguetes) los que actúen.
  •  Descontextualización: es la capacidad para utilizar los objetos con una función diferente a la que es propia. La descontextualización puede afectar al objeto, a la identidad ya la situación.

En cada uno de ellos podemos observar diferentes niveles. Si nos referimos al objeto, lo más básico sería utilizar objetos reales (por ejemplo utilizar una cocinita de juguete), y el más complejo sería la utilización del lenguaje en vez de un objeto (por ejemplo el niño verbalizando como si estuviera cocinando en una cocina pero sin cocinita, ni utensilios de cocina), en medio encontramos el gesto.Si miramos la identidad el nivel más básico es cuando el niño hace de sí mismo, el nivel siguiente es cuando hace de un personaje real y por último encontramos cuando el niño hace de un personaje fantástico.Respecto a la descontextualización de la situación, el primer nivel es cuando juega en el mismo contexto (por ejemplo, juega a maestros en la escuela), después tenemos cuando es capaz de jugar en otro contexto, diferente del habitual pero que aunque es real (por ejemplo, está en la escuela y le da de comer a la muñeca) y en el último nivel el niño juega en una situación fantástica.

  • Integración de esquemas simbólicos: el juego cada vez es más estructurado. Al principio el juego son acciones aisladas pero va progresando cuando el niño combina acciones e incluso es capaz de encadenar una serie de esquemas en una secuencia ordenada y con sentido dando un guión.
  • Planificación: va desde planificó qué juguetes se utilizarán en el juego, planificar una acción, hasta el nivel más complejo de planificar toda la secuencia del juego.

http://edu.jccm.es/cp/eduardopalomo/images/phocagallery/Curso_2009_10/Educacion_infantil/infantil11.jpg

Entrada realizada por:
Andrea Dolz
Nerea Giménez
Patricia Hilario
Paula Melero
Sheila Serrano
 

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